Analizando “Wicked” desde el punto de vista Neurodivergente: el Masking y las Altas Capacidad de Elphaba
Ya hace una semana que se estrenó la película Wicked, basada en el musical de 2003, que nos cuenta la historia de Elphaba, la bruja verde de El Mago de Oz, y Glinda, la bruja blanca. Pero, más allá de revisar la cinta desde una perspectiva de crítica de cine, algo que llevo haciendo muchos años, esta vez, me gustaría tratar la cinta desde el punto de vista neurodivergente e inteligencia emocional y cómo puede que, el viaje de Elphaba en Wicked, resuene con el propio de una persona neurodivergente. Para ello, necesito hacer spoilers de la cinta; por tanto, si no la has visto, sería bueno que guardaras este texto para después de hacerlo.
El viaje de Elphaba
Vamos a partir del mensaje principal de la cinta, que ha hecho de este musical un referente en Broadway y en concreto entre la comunidad LGTBIQ+: Elphaba es verde, y como tal, todo el mundo la repudia, incluso su propio padre. La sociedad en la que vive, supuestamente justa, es extremadamente superficial con el diferente, haciendole el vacío y renegando de ella, como si no existiera. Además, explora el concepto muy actual de crear enemigos ficticios para que el poder pueda manipular fácilmente al pueblo. Es fácil, con esta premisa, darse cuenta de las razones que llevan al público LGTBIQ+ a sentirse identificado con ella. Pero dejando esta base de lado, y profundizando más en el personaje de Elphaba, es donde comienzan las similitudes con una persona con AACC y TEA.
Como persona LGTBIQ+ que soy, que no había visto nada del musical hasta ahora, y como persona neurodivergente, no solo me he sentido identificado con Elphaba desde los puntos de vista más básicos del mensaje, sino también desde un punto de vista mucho más profundo que os voy a ir desarrollando.
Altas Capacidades
Elphaba sobresale en inteligencia por encima de la media del mundo en el que vive. Siente que la superficialidad que le rodea de bailes, falsa modestia, egoísmo, ropas y maquillajes no van con ella. La falsa y doble moral del personaje de Glinda, que constantemente quiere ayudar única y exclusivamente por egoísmo propio, hace que ella y Elphaba choquen desde el primer momento.
Tiene una inteligencia emocional que le hace captar a los demás de forma rápida y concisa, y tiene que centrarse en sus libros y su magia para seguir constantemente adelante, pese al mundo extremadamente hipócrita e insensible que le rodea. Todo estalla en un momento muy concreto de la cinta: cuando el reino animal se ve perseguido y denostado.
Esa empatía y es justicia, son superiores a su propio miedo, y su propia autoaceptación, haciendo que, pese a tener asumido su lugar (malo) en el mundo al principio de la cinta, esa sea una línea que para ella es imposible de franquear, creando el primer resorte para que el personaje de Elphaba sufra un cambio de paradigma y evolucione a su siguiente etapa.
Esa intransigencia con temas tan concretos como la empatía hacia el reino animal o en general hacia las injusticias (cuando en el fondo ha aceptado y normalizado, las injusticias cometidas hacia ella misma), me ha parecido que está contada con mucha elegancia, pero también con mucha verdad. Lo que me lleva al siguiente punto, que es el asumido y normalizado “masking” del TEA.
Masking
Constantemente intenta ocultar su secreto: que la magia corre por sus venas. No solo quiere ocultarlo, sino que entiende que es un problema al cual teme. Algo que muchas personas neurodivergentes hemos sentido en algún momento de la vida, asumiendo ciertas pautas de comportamiento neurodivergente como negativas, como algo que ocultar.
Considera que lo que le hace diferente, ser verde y tener magia, es precisamente lo que está mal en ella, porque toda la sociedad se lo ha estado diciendo desde que nació. No solo eso, sino que lo ha aceptado en su más profundo ser y normalizado, lo que se traduce en una coraza: “Sí, soy verde, no, no me voy a desmayar, y no, no he comido mucha hierba”, es lo que constantemente repite una y otra vez a cada persona que conoce nueva, como forma de protección hacia sí misma, adelantándose incluso a las buenas intenciones de la persona que conoce. Además, el sueño de Elphaba de conocer al Mago de Oz, en primera instancia, es para que le conceda el deseo de dejar de ser verde.
Este punto es algo que las personas neurodivergentes hacemos de vez en cuando: adelantarnos a ciertas situaciones, ponernos una coraza, no hablar, no hacerse la víctima, no quejarse y, en resumen, un "masking" como una catedral, enmascarando constantemente lo que realmente somos o lo que realmente sentimos para encajar en una sociedad que no está preparada para la diversidad.
Hay una escena con el príncipe, que me ha parecido maravillosa, y es cuando Elphaba le dice que va de superficial, y lo que realmente está haciendo es ocultar sus propios sentimientos porque el mundo le hace tanto daño que es su única forma de sobrellevarlo. Algo que a muchas personas les pasa en su día a día, neurodivergentes o no, dejándose llevar por "la vida", sin pararse a pensar en lo que realmente quieren en su interior, si no marcados por la sociedad, a todas luces deficiente. Vivir en modo automático, sin pararte a sentir o escucharte a ti mismo, para que no te hieran.
El viaje de Elphaba la lleva a la autoaceptación. La escena de baile es una de las más emotivas de toda la película, no solo por lo que llegas a empatizar con Elphaba y su situación, sino por todo el simbolismo que tiene: en la misma escena se rompe y pierde toda la esperanza, pero a la vez logra recomponerse y aceptarse a sí misma. Es simplemente, magistral.
Cuando el príncipe habla con Glinda, mientras ven a Elphaba haciendo un baile raro delante de todos mientras se ríen de ella, este le dice: “Le importa un bledo lo que piense la gente” (que lo diga él, engancha con su propio sentimiento) y Glinda le responde: “Sí le importa, pero finge que le da igual.”
Este es el momento en que Elphaba se acepta a sí misma, lo que es, cómo es y el don que tiene. Rompe su máscara. Muestra a todos cómo es con su baile “raro” y cómo es su interior. Y también es el momento en que Glinda la ve por primera vez y deja sus diferencias aparte, acompañándola en dicho baile, pese a lo que puedan pensar de ella.
Cuando te empiezas a mostrar como eres realmente, sin masking, y lo demás quieren escuchar tu viaje, es cuando aparece la más pura empatía de la que puede hacer gala el ser humano, y es eso todo lo que refleja en dicha escena. Desde ya, una de mis favoritas por la simpleza, pero también por la complejidad de lo que está contando.
Autoaceptación
En este viaje, Elphaba y Glinda descubren las verdaderas intenciones del Mago de Oz, su farsa, y su obsesión por el control y el poder, creando un enemigo ficticio: los animales que hablan. Es cuando Elphaba se rebela contra el poder, la sociedad, el control y termina de aceptar que puede hacer lo que se proponga, sea incluso volar.
Pero para llegar a esta punto, ha tenido que autoaceptarse antes, si no sería imposible rebelarse contra dicho poder. La canción final, “Defying Gravity”, habla de que cuando te aceptas a ti mismo, aceptas tus diferencias, te entiendes, y además te perdonas, puedes llegar a “Desafiar la Gravedad”.
Y esto, en las personas neurodivergentes, sobre todo de diagnóstico tardío, es una premisa común que se repite constantemente: ves que no encajas en el mundo definido, te sientes rodeado de extraños, eres autoexigente contigo mismo para encajar, enmascaras quién eres, sientes que la empatía, que debería ser la norma, no lo es, que estás rodeado de personas que se preocupan por cosas que realmente no tienen importancia, y que cuando descubres tu diagnóstico, tu verdadero poder, lo aceptas y te perdonas, puedes lograr lo que sea destruyéndote a ti mism@ y aceptando todo lo que eres, sea verde, tengas magia o un superpoder como el hiperfoco.
Lo maravilloso de Wicked es que tiene muchas lecturas, y cada persona puede hacer la suya propia aparte de la básica de autoaceptación y empatía, lo que me ha hecho entender el éxito en Broadway y las razones de que hablaran tanto y tan bien de ella desde 2003.
Esta es la primera parte, y nos queda una segunda el año que viene por estas fechas, además del aterrizaje del musical original en Madrid para 2025, al que iré en cuanto pueda para volver a acompañar a Elphaba en este viaje de autoaceptación tan maravilloso y visualmente espectacular y volver a ver algo de mi en ella.